Jesús dijo: -«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios,creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay. De otra manera, os lo hubiera dicho. Voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mi mismo; para que donde yo esté, vosotros también estéis. Y sabéis donde voy, y sabéis el camino». Le dijo Tomás:- Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo podemos saber el camino?. Jesús le dijo: -«Yo soy el camino y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí»
SEÑALES DE SU VENIDA
Estando Jesús en el monte de los Olivos, sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: -«Dinos,¿Que señal habrá de tu venida y del fin del mundo?» . Respondió Jesús les dijo: -«Mirad que nadie os engañe. Oiréis de guerras de rumores de guerras. Mirad, no os turbéis, porque es necesario que esto acontezca; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre, pestilencias y terremotos por todas partes. Pues todas estas cosas son principio de dolores. Entonces os entregarán a tribulación y os matarán, y seréis aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre. Entonces muchos tropezarán; y se traicionarán unos a otros. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, se enfriará el amor de muchos. Pero el que persevere hasta el fin será salvo. Y este evangelio será predicado en todo el mundo para testimonio a las razas, y luego vendrá el fin. Entonces habrá gran tribulación como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni habrá jamás».
GRANDES SEÑALES Y MARAVILLAS
«Entonces se manifestará el Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo con poder y gloria. Él enviará a sus ángeles con gran sonar de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Pero acerca de aquel día y hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aún el Hijo, sino sólo el Padre. Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y y se los llevó a todos. Así será también la venida del Hijo del Hombre. En aquel entonces, estarán dos en el campo ; el uno será tomado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis en que día viene vuestro Señor. Por tanto, estad preparados también vosotros, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre.»
Mientras los discípulos le veían, Jesús fue elevado; y una nube le recibió ocultándole de sus ojos. Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo, mientras él se iba, he aquí dos hombres vestidos de blanco se presentaron junto a ellos, y les dijeron «-Hombres galileos, ¿por qué os quedáis de pié mirando al cielo?. Este Jesús, quien fue tomado arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le habéis visto ir al cielo.»
LOS MUERTOS RESUCITARÁN.
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios traerá por medio de Jesús, y con él, a los que han dormido.
Pues os decimos en esto por palabra del Señor: Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera precederemos a los que ya durmieron. Porque el Señor mismo descenderá del cielo con gran aclamación, con voz de arcángel, con voz de trompeta de Dios; y los que muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.
He aquí os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final.
Porque sonará la trompeta, y los muertos en Cristo serán resucitados sin corrupción; y nosotros seremos transformados.
Gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Invitación.
Si deseas conocer al Señor Jesucristo como tu Salvador, acude a cualquiera de nuestros servicio o contacta con nosotros por alguno de los medios disponibles en esta WEB y te entregaremos un ejemplar gratuito del folleto «El perdón de los Pecados y la Seguridad de tener Paz con Dios».
Por JC Ryle.
Comentarios recientes